Birthday weekend

Por fin consigo sentarme después de esté fin de semana cargado de emociones. Y es que como hoy era mi cumpleaños, a falta de una celebración, lo he dividido en cuatro sesiones. Así que voy a intentar que no se me escape nada y contar paso por paso este fin de semana temático.
Para empezar, el viernes, una sorpresita nos esperaba en la discoteca Mya. Miguel nos reservó una mesita en el VIP (Muchísimas gracias, eres un encanto). Cuando llegamos, nos sacó unas copas para brindar con champagne, unas brochetas de fruta y me trato como una princesa. No podía empezar mejor el fin de semana, con la mejor compañía y disfrutando de la noche.

Al día siguiente, a pesar de haber llegado a las mil a casa, me levanté prontito para ir con mi madre a comprar la comida: teníamos picnic en La Patacona. Y era el día perfecto para estrenar mi precioso pañuelo de Guillermo del Mar.

Nos fuimos todos hacía allí, y pasamos una tarde agradable entre risas y charlas, peleándonos por el pañuelo. Con sorpresas incluídas, ya que mis compañeras de piso me tramaron bastante haciéndome pasarlo mal entre semana para que creyese que no iban a venir, y aparecieron de la nada.

La tarta... Bueno digamos que casi destruyo el universo con mi soplido, a lo lobo feroz. Volaron blackberrys, servilletas y por poco Mar también se vuela. Igual es un truco para que se cumpla el deseo, no sé.

El momento de los regalos fue también muy especial (mi cara de sorpresa lo dice todo). Me regalaron un vestido  precioso (cinturón verde menta), un bolso (con verde menta), un collar "muy yo", y un pintauñas y eyeliner (verde menta). Marta se empeñaba en que era aguamarina, pero las blogger estaréis de acuerdo en que es verde menta. Entre regalo y regalo hablábamos sobre las tendencias en vestidos de fiesta de la temporada próxima.

El regalo de Miguel también me dejó sin palabras. Y para colmo esta mañana me escribe este post dedicado (INCREIBLE). Y después, calló el diluvio universal cuando estábamos recogiendo (un buen karma, sin duda).

Por la noche, cada uno se trajo sus cosas y cenamos en mi casa, y nos preparamos unos cosmopolitan para brindar a las 12. Bailes, risas, fiesta... y a Kostrok, a terminar la fiesta como estaba escrito.

Kostrok. Mejor ni hablar. Sin palabras. Increíble. Amanecimos en la playa. Y ya.

He llegado a casa a las 8.30 am. Pues a las 12 ya estaban Sonia y Noelia para despertame cantando con los cupcakes y sus velitas. A pesar del cansancio, no podía sentirme más feliz y más afortunada. Os quiero chicas. No pongo fotos mías para evitar sustos. :D

Y luego hoy, quedaba el cumple con la familia. A pesar de que "la tarta me ha fallado", el resto ha salido de maravilla y hemos podido solucionar ese pequeño incidente. Mi cara reflejaba "el cansancio" acumulado de los otros dos días. Hemos conseguido superar un vendabal y comer con los pelos en la cara, pero ha sido una gran comida.

Y a falta de una tarta, dos tartas. Esta vez el soplido ha sido un poco más light y no ha habido heridos graves en esta ocasión.

Por último, también he recibido más de un mensaje que me ha hecho reir, otros llorar. Un post que me ha hecho pensar y reflexionar, alguna llamada con la que me he sentido afortunada. Regalos que no son materiales pero que lo son todo. Planes de viaje, risas, no podía pedir más para empezar la veintena con una sonrisa en la cara. Porque quienes me conocéis, ya sabéis que yo siempre tengo sonrisas a punto en la nevera, y ayer mis amigos se las acabaron (no me extraña). Así que con tantas cosas buenas, no ha sido difícil fabricar sonrisas nuevas y volver a dejarlas para quien las necesite.

Gracias a todos los que me habéis hecho pasar un fin de semana increíble, y en general a quienes habéis sido de un modo u otro imprescindibles en mi vida durante estos 20 años, aunque solo haya sido unos días. No os vayáis sin llevaros una sonrisa. TAKE A SMILE!

Gracias por leer, A.